“Estoy perdiendo mis ayeres. Si me preguntan lo que hice ayer, qué me ocurrió, qué vi, sentà u oÃ, me costará mucho dar detalles. No recuerdo el ayer, ni el ayer del ayer…Mis ayeres están desapareciendo y mis mañanas son inciertos, asà que ¿para qué seguir viviendo?, podrÃamos preguntarnos. Yo vivo dÃa a dÃa. Vivo momento a momento. En algún mañana me olvidaré de que hoy he estado aquÃ, ante ustedes, y que he dado este discurso. Pero, solo porque en algún mañana me olvide, no significa que no haya vivido cada segundo de este dÃa. Olvidaré este hoy pero eso no significa que este hoy no importe†Palabras que conmueven, que desestabilizan, que perturban, que inquietan, que emocionan lo más profundo del ser, lo más profundo de uno mismo porque es como mirarse en un viejo espejo que nos devuelve una imagen difuminada de nosotros mismos, cuando la historia de nuestra vida, de lo que fuimos, desaparece. Son las palabras que pronuncia Alice, la protagonista de la novela “Siempre Alice†de Lisa Genova, en pleno desarrollo de la enfermedad que le consume su historia de vida, el mal de Alzeheimer, en la conferencia que ofrece para alentar los diagnósticos precoces, para que los médicos no asuman automáticamente que las personas de cuarenta o cincuenta años, con problemas de memoria y cognición, son personas deprimidas, estresadas o menopáusicas. Cuanto antes la enfermedad se diagnostique adecuadamente, antes podrá medicarse y dice ella…â€mayor será la esperanza de retrasar el progreso de la enfermedad y mayor la de mantenerse en una meseta el tiempo suficiente como para disfrutar de los beneficios de un tratamiento mejor, incluso de una cura. Para mÃ, para mis amigos y para mi hija, que lleva los mismos genes mutados que yo. Puede que ya no sea capaz de recuperar todo lo que he perdido, pero sà de retener lo que todavÃa tengo. Y tengo muchoâ€
Otra vez la literatura se hermana con la realidad para ofrecernos una historia en la que seguramente cada uno de los lectores se podrá ver reflejado porque es el personaje quien transmite a los lectores la realidad creando una especie de empatÃa a tal punto que en algunos tramos de los ricos diálogos que lleva adelante con su marido, con los médicos, con sus hijos, no escapamos a la posibilidad de pensarnos en ese lugar. Ella camina con su presente matizándolo con muchos chispazos de humor, sabidurÃa y razonamiento como para que el final llegue con una hermosa sensación de amor y armonÃa que dan luz a tanto dolor, a tanta oscuridad.
El Alzheimer es una enfermedad del sistema nervioso central que se ha constituido en un trágico signo de nuestra época, que ataca a amplios espectros de la población, sin que se cuente todavÃa con una clara estrategia para curarla o eliminar sus efectos. La literatura, en este caso se amiga con las circunstancias humanas, creo yo para que se desarrolle una especie de mirada social, para que todos sintamos cercanÃa y comprensión. Los lectores podemos asÃ, acercarnos, experimentar, asumir actitudes y de alguna forma, generar conciencia colectiva, la cual, en general, da lugar a nuevas realidades. La enfermedad se manifiesta en forma de deterioros del conocimiento y de cambios en la conducta. Se van perdiendo la memoria inmediata y la capacidad de atención. Es la consecuencia de la muerte de células nerviosas, lo cual va ocurriendo progresivamente y hace que se transforme en una enfermedad lenta y desgastante que puede durar diez años o más. Alice, una persona de ciencia, sabe estas cosas; su familia, también. Se plantea en la historia la posibilidad de que el conocimiento y la conciencia de lo que está ocurriendo den lugar a decisiones personales y familiares trascendentales que se pueden asumir a través de conversaciones y de contactos conscientes y amorosos, antes de que sea demasiado tarde, antes de que el paciente se convierta en un ser demente y alejado de la realidad.
Una ficción mezclada totalmente con la realidad. La realidad `puesta en una historia bella, con
“Siempre Aliceâ€, una novela que atrapa y desafÃa al lector no por la dificultad del discurso, ni la complejidad de la trama sino porque una vez que comenzamos a leer queremos llegar al final que nos abre las puertas al sentimiento más potente, al amor. Un final estremecedor donde madre e hija, la hija con la que se planteó siempre ciertas dificultades por desatender el mandato de la madre es quien decide estar al lado de la ella. Un final donde se resume con solo una palabra lo esencial de la vida: el amor.
Dijo Yolanda Reyes que es necesario formar una especie de nido para la lectura que marque a los niños desde el comienzo de la vida que les permita el reto progresivo de crecer como lectores, sin perder la magia y el sentido profundo de leer, ligado al desciframiento de la vida. Es imposible con esta historia no hermanar a la literatura con la vida, la literatura como un camino para conocernos, para descifrarnos y descifrar el mundo, esta posibilidad es la que nos brinda esta historia para crecer como personas, para el diálogo, para enriquecer el pensamiento y la sensibilidad.
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Sorteo del dia: 18/04/2024