El ex gobernador Capitanich refutó públicamente mi visión sobre la situación financiera terminal de SECHEEP y aprovechó para plantear su particular postura sobre los aumentos del 300% de las tarifas eléctricas en la provincia.

En ningún momento el ex mandatario niega la brutal suba que ya se produjo, tanto en las tarifas como en el Cargo Tarifario que nos vienen aplicando a los clientes de SECHEEP y que deriva en un Fideicomiso, el cual parece no estar obligado a rendir cuentas a nadie sobre lo que hace con ese dinero. El propio Capitanich reconoce que las inversiones que se hicieron en materia energética en la provincia, fueron financiadas, en su gran mayoría, con recursos nacionales. Por el contrario justifica los aumentos en la quita de subsidios por parte del gobierno nacional. Habría que notificarlo que ese aumento todavía no impactó en las boletas de luz, entre otras cosas, porque está suspendido por la justicia.

En cuanto a la increíble deuda de $900 millones con CAMESSA (empresa proveedora mayorista de energía), elude su responsabilidad directa argumentando que fue generada por su vice gobernador. Algo parecido a lo que viene sucediendo a nivel nacional con el kirchnerismo, que ahora desconoce a ex funcionarios de todos los rangos entrampados en hechos de incompetencia o corrupción.

Tampoco se hace cargo de la larguísima lista de malas prácticas, negligencias y desatinos de SECHEEP. Al respecto solo afirma, que el pago de los suministros de energía eléctrica a los entes provinciales se compensa presupuestariamente; mecanismo de dudosa eficacia, según queda reflejado en los informes técnicos producidos por la misma Empresa (no hablo de Balances porque, insistimos, nunca pudimos ver uno publicado). Estos informes muestran deudas impagas de SAMEEP por más de $160 millones y de entes oficiales y cooperativas por casi $200 millones, lo que representa varios años de consumo energético.

Defiende un supuesto rol redistributivo del ingreso que debiera asumir la Empresa Energética. En este punto, por supuesto, no coincidimos. No es SECHEEP quien tiene que subsidiar los sectores más postergados, porque sencillamente no está en su objeto y porque no tiene los recursos para hacerlo. Su único ingreso genuino es lo que cobra de tarifas (porque el producido por Cargo Tarifario, quién sabe a dónde va) y con eso tiene que pagar el costo de energía, lo que cuesta distribuirla, los sueldos de su personal, sus cargas sociales, el mantenimiento de la red, el equipamiento e inversiones necesarias, etc.

En todo caso, es el Estado Provincial, a través de su Presupuesto y la correcta ejecución del mismo, el que debe proveer los recursos necesarios para proteger a los sectores más vulnerables. Asignando ya sea al Ministerio de Producción e Industria, al de Desarrollo Social o al que corresponda, los créditos presupuestarios suficientes para que estos paguen el consumo de luz de aquellos a quienes se pretende beneficiar, ya sean los sectores más postergados o las industrias incluidas en la promoción industrial. Esto no sucedió, los informes técnicos mencionados anteriormente confirman que esos recursos no ingresaron a la empresa y en consecuencia se sumaron -solo en el 2015- al ya abultado rojo de SECHEEP, más de $60 millones.

Se anima a decir Capitanich que los problemas de SECHEEP son de “solución simple�, lo que colisiona con la realidad de los casi nueve años de gestión en déficit permanente. Por el contrario, si algo ha quedado claro en ese larguísimo período, es que su especialidad ha sido crear problemas, no solucionarlos.

La mejor prueba de la afirmación anterior es que en el 2007 recibieron una Empresa equilibrada, con tarifas razonables, al día con CAMESSA, con casi $ 50 millones en el banco, con materiales en depósito suficientes para realizar tareas operativas, con una estructura de recursos humanos normalizada y sin mayores deudas que las corrientes. Hoy SECHEEP, a pesar de sus tarifas exorbitantes, está virtualmente quebrada. Y ésta no es una apreciación personal o interesada: Lo reflejan los propios informes internos de la Empresa y la desesperación del personal de carrera.

No termino de entender por qué Capitanich siempre falta a la verdad cuando se refiere a cómo recibió SECHEEP y cómo la entregó. ¿Acaso no leemos los mismos números?

También insiste con su forzada defensa ideológica de la gestión kirchnerista, atacando las medidas adoptadas en los primeros meses de gestión de Cambiemos.

Plantea una postura tan principista e implacable que desconcierta, por provenir de alguien que comulgó y sirvió durante una década al menemismo; que fue funcionario de Rodríguez Saa, Jefe de Gabinete de Duhalde y finalmente se encolumnó 12 años tras el kirchnerismo, defendiendo el modelo más unitario de la historia argentina; que se opuso sistemáticamente a la devolución del 15% a provincias y municipios, llevándolos a un estado de agonía y dependencia humillante. ¿Ya olvidó que mandó a cortar la luz de casa de gobierno, cuando los intendentes del Chaco pedían una recomposición de la coparticipación?
Bien le vendría una pizca de autocrítica o la decencia de algunos silencios, cuando tanta intolerancia, tanta urgencia, proviene de quien tuvo mucho que ver con los males que ahora reprocha y pide solucionar de inmediato.

Pero como conocemos bastante al ex gobernador y actual intendente, no nos extrañaría si, en diciembre, cuando haga más de 40 grados, cuando la boleta de luz nos venga el doble de ahora y los bajones y cortes de energía nos atormenten (como en los últimos años), lo escuchemos hablar sobre los maravillosos números con que entregó SECHEEP y las demás empresas públicas, mientras le echa la culpa a Macri, Peppo o las arañas saboteadoras.
Contador Fernando Novo