Muchos intelectuales kirchneristas se regodean hablando de Jaques Derrida y Michel Foucault pero, a juzgar por la factura de sus campañas sucias, se diría que encuentran inspiración en otro francés, el célebre Pierre Nodoyuna de Los Autos Locos. Pertenezco a la generación que aprendió a distinguir las peleas auténticas de las falsas con Titanes en el ring.

El insuperable Superagente 86 nos hizo entender que el mundo de los servicios de inteligencia está integrado por bandas antagónicas encabezadas por personajes tan patéticos como Maxwell Smart y su enemigo Sigfrid. Fue precisamente un encuestador kirchnerista quien caracterizó a Néstor Kirchner como Pierre Nodoyuna en su blog.

"Si hace tantas trampas se va matar", decía la canción del Correcaminos. Y ese parece ser el destino de las continuas operaciones del kirchnerismo. Igual que el Coyote, los propios operadores terminan estampados contra el fondo del precipicio.

Hagamos un repaso sumario: El caso Maldonado. Con el marco del desalojo de un corte de ruta, se construyó un desaparecido. Horacio Verbitsky anunciaba en la portada de Página/12 que Macri ya tenía "su primer desaparecido". Aparecieron inmediatamente los testimonios de mapuches que decían haber visto el secuestro de Maldonado a través de unos misteriosos binoculares y periodistas respetabilísimos se sumaron a la campaña, a su pesar, diciendo que "nadie se ahoga en el río Chubut". A eso se sumó la instalación en el mundo de la idea fuerza "Macri es la dictadura".

Es curioso: los que ahora rechazan la intervención externa en Venezuela son los mismos que dieron la vuelta al mundo para ensuciar la democracia argentina con la falsa desaparición y las falsas torturas a Maldonado quien, según determinaron todas las pericias, se había congelado en ese río en el que nadie podía ahogarse. Las pericias comprobaron que nadie movió su cuerpo y la finalmente la causa se cerró.

Otro caso ocurrido en el Sur: Rafael Nahuel, un joven mapuche, resultó muerto de un balazo en noviembre 2017 cerca del Lago Mascardi, en Bariloche. Se presentó como un fusilamiento. Las mismas voces que se alzaron por Maldonado, volvieron a hacerse oír y denunciaron que se trató de un fusilamiento por parte de la Prefectura. Se supo luego de algunas pericias que tuvieron pasajes escabrosos, que se trató de un tiroteo iniciado por el grupo que ocupaba las tierras. Lo más grave fue el descubrimiento de la adulteración de las pericias. Científicos salteños denunciaron que en el Centro Atómico de Bariloche se ocultó el resultado de los exámenes: en las manos del cuerpo de Nahuel había presencia de pólvora, lo cual demostraba el ataque con armas de fuego a los prefectos. ¿Quién fue la responsable? La directora del Departamento de Caracterización de Materiales es la doctora Adriana Serquis, conocida por su adhesión al kirchnerismo. En su Facebook calificó al gobierno de Macri, oh casualidad, de "dictadura".

Carina de Bonis se llama la maestra que denunció haber sido secuestrada, torturada y mostró al mundo las espantosas huellas del martirio que encerraban un mensaje: durante su cautiverio le grabaron en el vientre la leyenda "Ollas no". Se demostró, a partir de la reconstrucción y los tiempos que mostraron las cámaras de seguridad, que la denuncia era falsa y que todo había sido un invento.

Desde los medios kirchneristas se fraguó el "asesinato" de Héctor Timerman, quien, como se sabe murió a causa de un cáncer luego de largos tratamientos. Con el fin de contar con un muerto equivalente al fiscal Nisman, quisieron instalar la idea de que que Timerman falleció por el disgusto que le causaron las denuncias sobre su colaboración con Irán. Recordemos que Nisman, según determinó la justicia, no murió precisamente de mala sangre.

Martín Licata era un periodista que escribía en medios kirchneristas. El 16 noviembre de 2018 nadie supo más de él. Rápidamente denunciaron su desaparición, le dieron un contenido político y en las redes escribieron que había desaparecido a causa de sus denuncias. El personal de limpieza de un hotel alojamiento lo encontró en una habitación ahorcado. La menor de 17 años con la que había entrado lo abandonó muerto después de practicar juegos sexuales sadomasoquistas.

Más atrás en el tiempo, habían lanzado una falsa denuncia contra de Narváez: lo involucraron en un caso de tráfico de efedrina y lo acusaron de enriquecimiento ilícito. Falso. De Narváez acusó a Ricardo Echegaray de la maniobra. Antes aún, Enrique Olivera, de la Coalición Cívica, fue víctima del Coyote kirchnerista: lo denunciaron por presunta tenencia de cuentas off shore. La Justicia demostró que era falso, y el denunciante, Daniel Bravo, tuvo que retractarse. Pero el daño ya estaba hecho.

La reciente campaña #ChauNetflix, orquestada por estos mismos sectores a causa de la noticia de una serie escrita, dirigida y producida por Jorge Lanata, puso en evidencia dos cosas: por una parte, el esfuerzo de estos personajes por ocultar la corrupción que los financia y, lo más preocupante, nos permite ver qué harían con la libertad de expresión si volvieran al poder.

Por estas horas, Horacio Verbitsky junto con el Juez Federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, perteneciente a la agrupación Justicia Legítima y a La Cámpora, llevan adelante una operación contra el fiscal Carlos Stornelli en el mismo momento en que se corre el velo del corazón de la corrupción argentina: los Tribunales de Comodoro Py y el aparato del PJ de la provincia de Buenos Aires a través de su club de intendentes.
Al artífice de la mayor parte de estas campañas le dicen El Perro. Deberían llamarlo el Coyote.
Fuente: perfil.com